Momento fundamental en el viñedo: La poda

Se realiza cada invierno, después de la caída de las hojas y antes de que vuelvan a salir los nuevos brotes, cuando la planta se encuentra en parada invernal y baja la circulación de la savia.

La poda es la principal herramienta para orientar, regular, gestionar y equilibrar vegetativa y productivamente la planta.

       La poda de invierno consiste en la eliminación de los sarmientos de la planta con el fin de modificar el hábito de crecimiento natural de la cepa, adecuándolo a las necesidades del viticultor, y de la Bodega.

No se debe podar con temperaturas demasiado bajas debido a que las heladas vuelven la madera quebradiza y ésta se puede astillar con los cortes, tarda más en cicatrizar y corre más riesgos de sufrir enfermedades como la yesca y la eutipiosis, ni en días con mucha humedad.

En VALENCISO, seguimos la Viticultura Sostenible.

Podamos a mano, no usamos prepodadora (discos añadidos al tractor que cortan parte de los sarmientos y reducen el trabajo, pero que facilitan la propagación de enfermedades de la madera, o hongos que pueda tener la cepa, y quedan en el suelo para ser picados, lo que puede favorecer el desarrollo de las enfermedades en la campaña siguiente)

Primero retiramos las ramas, llamadas sarmientos. Se cortan a mano y se retiran a mano también. Es complicado porque, como planta trepadora que es, se enrosca –con los zarcillos- en los alambres que sirven de guías para el crecimiento.          

 

Zarcillo –foto Jon Sullivan

Se acumulan los sarmientos retirados en las calles, entre viñedos, para sacarlos luego de la finca, sin quedar en el suelo.

Después con delicadeza y precisión se da el corte final, por manos expertas, dejando el número de yemas que consideramos óptimas, buscando calidad y no cantidad.