Por mucho cuidado que pongamos en el viñedo, en la elaboración y en la buena conservación del vino si al final se toma en una copa que no es adecuada, se estropea el trabajo hecho. ¡Una gran pena!
Un mismo vino resulta diferente en copas diferentes. Por desgracia, a veces se ofrecen grandes vinos en copas que esconden sus cualidades. Una buena copa es una inversión mínima, gustosa y necesaria para el buen catador.
Debe tener pie. Así se podrá mover el vino haciéndolo girar para percibir mejor sus aromas. Al sujetarla por el pie se evita comunicar el calor de la mano al vino e incluso la interferencia de posibles aromas de productos cosméticos.
Totalmente transparente y sin color para poder apreciar el vino por la vista, ha de tener forma de tulipa, cerrada hacía arriba, lo que facilita la concentración de los aromas y su camino hacia la nariz. En las copas abiertas los aromas son percibidos con menor intensidad ya que pasan rápidamente al aire ambiente fuera de la copa y se diluyen.
En cuanto a la cantidad hay que procurar llenar la copa aproximadamente un tercio de su altura, para poder girar el vino sin derramarlo y de forma que quede un amplio espacio para ser ocupado por los aromas facilitando así su mejor y más intensa percepción.
Sin embargo, esta diversidad de copas a menudo viene con un precio que pueden hacer que la degustación de vino sea una experiencia nerviosa, especialmente cuando una copa de alto coste se balancea peligrosamente en el borde de la mesa.
En este momento, lo último en copas es una copa llamada Zalto. Cada copa de vino es una pieza única soplada a boca con una fineza exquisita a partir de cristal sin plomo. Precio desde 60 €/unidad.
La Zalto ha hecho a las copas Riedel asequibles a pesar también de su precio por unidad. Las Riedel son las que usamos en VALENCISO. Copas diseñadas para las variedades especificas de uva con un estudiado diseño de forma, tamaño y diámetro de boca. Precio desde 35 €/unidad
La copa negra se utiliza en las catas profesionales o concursos muy selectos. Es difícil y complicado pues no se consigue ver si es vino blanco o tinto y la vista es un sentido que nos dice mucho en la cata. Pero hay que reconocer que es divertido.
Te proponemos una buena copa para uso diario, de tallo largo y tulipa que concentra los aromas. Es de la empresa Krosno, modelo Splendour Collectión. Hay muchas casas como Krosno en el mundo de las copas que también son sinómimo de calidad, en otras gamas de precios que las dos anteriores..
Es una copa que ensalza el vino. Por su tamaño y forma llevan a una buena apreciación de cata.
Están serigrafiadas en la base para que no moleste la vista.
y vienen junto con 6 botellas en una preciosa caja, perfecta si buscas un regalo que marque la diferencia.
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