Hemos vuelto a lo que en los 80 era normal en la Rioja Alta, las vendimias a mediados de octubre. El envero y la maduración han sido mas tardíos que en años anteriores pues el invierno fue frío y lluvioso, y la primavera e inicio del verano frescos y con abundantes precipitaciones. !!Estamos de vendimias!! como imaginaréis. La uva blanca entró la primera, como siempre, ya que madura antes. Empezamos el 8 y se acabó el 11. El viernes 12 entró la primera uva tinta. Muy contentos como entra, muy sana y con la buena maduración. Ha sido un puente muy movido con la vendimia y muchas visitas que se han acercado a verlo. !Qué bien huele la bodega a vino! La abundancia de agua ha llevado a una producción alta de racimos, por lo que tiramos algunos tras el envero, para mejorar la calidad de los que quedaban en la cepa. La mayor humedad, que favorece el desarrollo de milidu y oidium, nos ha obligado a ser muy vigilantes y cuidarla más, y hemos conseguido que el impacto de los hongos haya sido muy moderado. El buen tiempo de septiembre e inicios de octubre, y el marcado contraste de temperatura entre día y noche en las últimas semanas, han sido muy beneficiosos para la maduración armónica. Ahora estamos pendientes de la lluvias, que nos obligaron a parar ayer domingo; parece que los días que vienen van a ser buenos, seguimos mirando al cielo. ¡Y con ganas de probar ya la cosecha 2018!