No podemos dejar de pensar en Ucrania. Esta guerra sin sentido, terrible, que nos trae a la mente las dos guerras mundiales, nos ha congelado el corazón. Indignados al ver, leer y escuchar lo que está sucediendo y su terrible incertidumbre con su futuro, o mejor dicho, el de la humanidad.

Recogemos un artículo de la revista gastronómica “7 canibales” que trata sobre cómo la hostelería de Ucranía se adapta a una economía de guerra y los restaurantes se han convertido en comedores sociales. Cómo se está organizando una plataforma para proporcionar oportunidades laborales en países europeos a las refugiadas. Y cómo la ONG de José Andrés,  World Central Kitchen, a las 24 horas del conflicto ya habían  repartido 2000 raciones en la frontera con Polonia.

Artículo completo: https://www.7canibales.com/actualidad/ucrania-comedor-social/

Nos llega alguna noticia de Rusia, No todos los rusos son como Putin

Un comunicado de nuestro importador ruso dirigido a los proveedores, donde lamenta los acontecimientos, las muertes de civiles y soldados. La empresa con una plantilla de  2.000 personas,  dicen que son gente corriente, que durante los treinta años que llevan han estado uniendo gente común de Rusia con otras personas comunes de todo el mundo a través de los vinos y licores que llevan. Dicen que el vino, como el arte, el deporte y otros muchos tipos de actividad humana son unificadores.

Y hemos leído que una asociación de sumilleres rusos se pronunció valientemente en contra de la guerra.

Además de unir a las personas, el vino calienta el alma y la reconforta.

La vida en el resto de los países sigue y además deprisa. En unos días es el Día del Padre. Para quien tenga la suerte de que todavía le acompaña ¡hay que celebrarlo con un buen vino!

La vida es demasiado corta para beber vino malo

 

 

 

 

Y estos acontecimientos que llevan sucediéndonos nos llevan a aprovechar los momentos que podamos ahora y no dejarlos para más adelante.