Para los que somos apasionados del vino, dos preguntas nos vienen a la mente en estas fechas:

¿Qué vino tomaron Jesucristo y sus apóstoles en la última cena?

La naturaleza exacta del vino consumido durante la Última Cena no se describe en los Evangelios, y por lo tanto es objeto de conjeturas basadas en prácticas históricas y culturales de la época.

Existen diversas hipótesis de este suceso histórico que ha cautivado tanto a historiadores como a aficionados del vino.

Se especula que sería, con margen de error, un caldo denso, de cierto cuerpo, con un breve añejamiento, una graduación alcohólica en torno a los 14 grados procedente de las uvas parientes de la que hoy se conoce como Syrah. de uvas locales de Palestina, adaptadas al clima mediterráneo de la región, y de tonalidad tinta.

Se estima que este banquete trascendental tuvo lugar en el año 33 d.C., es decir, hace unos 1991 años.

Y ¿Qué vino le dio el legionario a Jesucristo en la cruz?

En el interesante libro de Tom Standage: “La historia del mundo en seis tragos”  pregunta qué vino le dieron a Jesucristo en la Cruz

Este caso está más estudiado. En la Antigua Roma había niveles de vino, en cuanto a calidad y escala social. 

Por debajo de los vinos adulterados estaba la POSCA, era agua con vino picado y avinagrado. Se lo daban a los soldados durante las largas campañas. En la práctica era una manera de matar los gérmenes del agua. Es posible que el legionario le ofreciera una esponja empapada de POSCA.

Había un escalón inferior de vino, era el “lora” la bebida que daban a los esclavos. Se elaboraba mojando y prensando las pieles, semillas y tallos sobrantes de la preparación del vino y era un caldo claro, flojo y amargo.

Y en el otro extremo, el vino considerado el mejor de la época, servido en las mesas de los ricos de Roma, era el “Falerno”.  Procedente de la región de Falerno,  en Campania, cerca del Monte Massico en Italia. Se envejecía durante años, la cosecha se hacía tarde y las uvas se exponían al sol antes de ser prensadas para aumentar su contenido de azúcar.

1991 años después

El vino sigue siendo protagonista en nuestras mesas y celebraciones, religiosas y sociales

El vino no es solo una bebida, es cultura