El vino es un valioso bien cultural y un alimento de lujo que merece ser honrado. Va más allá del olor y sabor: es cultura, agricultura, política, economía, historia, sociología y, sobre todo, personas.
Traducción del artículo de Tim Atkin
Hablar sobre los niveles de impuestos al vino es una manera segura de hacer que cualquiera se quede dormido, por lo cual pido disculpas. Pero espero que te mantengas despierto para leer sobre el régimen fiscal que se introducirá en el Reino Unido el 1 de febrero de 2025.
Más concretamente, espero que te unas a mí para oponernos a este cambio como parte de lo que confío será una significativa protesta de los consumidores.
Originalmente ideado por el abstemio Rishi Sunak y presentado como uno de esos intangibles “beneficios del Brexit”, supuestamente este sería un sistema “más simple, justo y saludable” para gravar el vino. En realidad, no es ninguna de esas cosas.
A partir del próximo año, terminará la “facilidad” o tarifa fija temporal que ha existido desde agosto de 2023, mediante la cual todos los vinos con un contenido de alcohol entre el 11,5 % y el 14,5 % se gravaban a una tarifa plana de £2,67 por botella. (Esas £2,67 ya suponían un aumento del 20 % respecto a la tarifa anterior de £2,23). En su lugar, tu vino favorito será gravado según su porcentaje de alcohol. Cuanto más alcohólico sea el vino, mayor será el impuesto. Por cada aumento del 0,5 % por encima del 12,5 % de alcohol, pagarás 11 peniques adicionales más IVA.
La burocracia que esto implica es una locura, especialmente porque el gobierno permitió el año pasado que las etiquetas de vino mostraran cada 0,1 % de alcohol en lugar del 0,5 % exigido por la UE. El Reino Unido pasará de tener dos o tres bandas de impuestos a más de 30. Establecer precios y etiquetar los vinos será una pesadilla tanto para los productores como para los importadores, ya que los niveles de alcohol varían significativamente de un año a otro y de una región a otra.
¿Qué significa esto para ti y para mí, los sufridos bebedores de vino del Reino Unido? (Soy consciente de que muchos productores de otros países leen este boletín y también tendrán que lidiar con este caos). Pues bien, si te gusta beber vinos con un 14,5 % de alcohol –un Shiraz australiano o un Malbec argentino, por ejemplo– pagarás 54 peniques adicionales más IVA en impuestos.
Quiero que vosotros, mis lectores, me ayudéis, junto a un grupo de amantes del vino con ideas afines, a persuadir a la Canciller, Rachel Reeves, para que reconsidere esta medida.
El nuevo impuesto no engordará las arcas del Tesoro. Y nos dejará pagando los impuestos al vino más altos de Europa. Cuando compres una botella de vino de £9 con un porcentaje normal de 13,5 % de alcohol, la mitad de ese precio será impuesto en el Reino Unido. No quedará mucho para el vino en sí. El nuevo régimen castiga a los bebedores de vino y tendrá un impacto devastador en la ya debilitada industria de la hostelería y en todos sus proveedores.
¿Cómo puedes oponerte? Para empezar, firmando nuestra petición cuando se lance a principios de la próxima semana. Si conseguimos 100.000 firmas, el gobierno casi con toda seguridad estará obligado a discutir esto en el Parlamento. Los británicos también podríamos escribir a nuestros diputados.
Mientras tanto, podrías unirte a mí enviando un símbolo de protesta a Rachel Reeves, en las oficinas de HM Treasury, 1 Horse Guards Road, London SW1A 2HQ. Envíale la cápsula de plástico o plomo, o una tapa de rosca aplastada, de la próxima botella de vino que bebas, e incluye un mensaje instándola a #CapTheWineTax (Limita el impuesto al vino). Los amantes del vino necesitamos hacer saber a los políticos de todos los principales partidos cómo nos sentimos.
¡Salud!
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