Este 2016 significa un avance en nuestro afán por mejorar. Hay muchas pruebas, mucho tiempo, mucho trabajo detrás de este gran vino. Tras años de búsqueda de una boca elegante y fina, como siempre, que al mismo tiempo tuviera más cremosidad pero manteniendo la firmeza, esta añada es un logro.
Tras un otoño seco, el invierno fue muy lluvioso, generando reservas de agua en el subsuelo, lo que después palió los efectos de una primavera y verano muy secos, sin precipitaciones hasta mediados de septiembre.
100% tempranillo, de pagos de suelo arcillo-calcáreo, en Ollauri, Briones, Rodezno, Haro y Villalba, cultivados entonces en Viticultura Sostenible –hoy en cultivo ecológico- y todos en altitud, entre los 507 y los 610 metros, en el norte de la Rioja Alta, beneficiándose de la influencia atlántica propia del clima de la comarca.
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