En Rioja, solo se cultivan 1.248 hectáreas de esta variedad, lo que no sorprende dado que es de baja productividad, brota tarde y tiene un ciclo más largo que el tempranillo, lo que antes dificultaba su maduración adecuada.
Sin embargo, el cambio climático ha beneficiado al graciano, ya que ahora en septiembre y octubre se registran temperaturas más cálidas que favorecen su desarrollo.
Esta variedad destaca por su frescura, acidez y aromas intensos, aportando complejidad y longevidad a los vinos. Hay muchos vinos que la usan en un % pequeño para realzar la estructura y darle mayor equilibrio. Aunque sigue siendo una variedad minoritaria, el Graciano se aprecia por su capacidad de producir vinos con gran personalidad y expresividad.
Elaboración inferior a 3.000 botellas


Contiene sulfitos 14% Vol
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